Hace 20 años, el 15 de junio de 1999 a las 15:41:06 h (hora local), tuvo lugar un sismo cuyo epicentro se localizó a 20 km al sur-suroeste de la ciudad de Tehuacán, Puebla y también a unos 55 km al noreste de la ciudad de Huajuapan de León, Oaxaca con duración de 45 segundos, quizá los segundos más largos que vivieron muchas personas en los distintos puntos dónde se sintió, por su localización se le llamó El Sismo de Tehuacán.
La azotea del Templo de la Compañía, daño colateral del sismo de Tehuacan / Imagen: Cupreder
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) informó que la magnitud de dicho sismo fue de M 6.7 (Richter) (Mw 7.0, Mercalli) y las coordenadas focales fueron latitud 18.20°N, longitud 97.47°O a una profundidad de 60 a 80 km.
Características del Sismo de Tehuacán
Como en todo sismo de magnitud respetable, sobrevienen momentos de incertidumbre y una vez que se revelan los daños, golpea la incredulidad, el asombro, la tristeza y el miedo. Este sismo causó grandes daños en las entidades afectadas y dejó un saldo de 20 muertos, 2 de ellos en la Ciudad de México, evidentemente las pérdidas humanas no tienen precio. Sin embargo, los daños materiales alcanzaron una cifra de más de 200 millones de pesos, siendo uno de los sismos más costosos en la historia de México, especialmente de Puebla. El informe técnico del CENAPRED sobre El Sismo de Tehuacán, caracteriza de manera precisa este fenómeno geológico.
Como en todo sismo de magnitud respetable, sobrevienen momentos de incertidumbre y una vez que se revelan los daños, golpea la incredulidad, el asombro, la tristeza y el miedo. Este sismo causó grandes daños en las entidades afectadas y dejó un saldo de 20 muertos, 2 de ellos en la Ciudad de México, evidentemente las pérdidas humanas no tienen precio. Sin embargo, los daños materiales alcanzaron una cifra de más de 200 millones de pesos, siendo uno de los sismos más costosos en la historia de México, especialmente de Puebla. El informe técnico del CENAPRED (Centro Nacional de Prevención de Desastres) (1999) sobre El Sismo de Tehuacán, caracteriza de manera precisa este fenómeno geológico.
Efectos del temblor de Teuhacán en la Ada de Palafox y Mendoza, centro histórico de Puebla / Imagen: Cupreder
El sismo tuvo su origen en la zona de subducción de dos placas tectónicas, la de Cocos y la de Norteamérica a una profundidad media (entre los 61 a 300 km). Este no ha sido el único en la zona, se han registrado con escala similar pero en diferentes años desde 1864 y hasta 1980 nueve sismos de escala igual o mayor a 6.5 escala Richter por lo que se puede afirmar, que el período de retorno medio de este tipo de temblores en la zona es de 20 a 30 años. La lectura de los sismogramas registrados en Ciudad Serdán, a unos 85 km del epicentro, indican que las réplicas fueron muy pequeñas, tanto en magnitud como en número. Se reporta que los días posteriores al sismo se registraron 33 eventos con magnitud 2.3 a 3.7. A diferencia de Puebla, la intensidad de este sismo en la Ciudad de México fue muy baja, pues los daños registrados fueron menores.
Sin embargo, la reacción mostrada por la gente ante este evento pudo deberse a que se tenía presente en la memoria el sismo de 1985. La mayoría de los daños ocurridos en la ciudad de Puebla se concentraron en el área del centro. Siendo esta zona donde se registraron aceleraciones máximas del orden de 120 cm/s2, mientras que en la periferia de la ciudad las aceleraciones fueron de 50 cm/s2, principalmente en sitios duros. Por ello, como ha sido observado en otras ciudades de México y el mundo, la distribución variable del daño en la ciudad de Puebla está asociada, al menos en parte, a los efectos de sitio, determinados por la presencia de materiales térreos o rocosos.
¿Qué pasó con los servicios básicos después del sismo?
En el estado de Puebla, el suministro de agua potable se interrumpió temporalmente dada la falta de energía eléctrica para la operación de pozos. Tal fue el caso de más de 180 pozos que abastecen la ciudad de Puebla y 16 de Tehuacán. En Tehuacán el abastecimiento se mantuvo gracias a los manantiales de Santa Ana Taloxtoc y de Alhuelican. En la ciudad de Puebla se presentaron algunas fugas de agua; dos días después del sismo, el abastecimiento a las 700 colonias de la ciudad se había restablecido casi por completo. Se entregó agua clorada en pipas en San Mateo Ozolco, Acatlán de Osorio y Tepeji de Rodríguez. En el estado de Oaxaca se informó de fugas en Santiago Ihuitlan Plumas, así como fisuras en depósitos de agua en los municipios de Coixtlahuaca, San Cristóbal Suchixtlahuaca, El Fortín Alto y Cosoltepec.
Afectaciones en la iglesia principal de San Andrés Cholula / Imagen: Cupreder
Además, se registraron daños en 3000 m de infraestructura agrícola y en ocho unidades de riego. Siete pequeños bordos y presas de captación mostraron daño ligero. Se identificaron algunas fugas de gas en la subestación cercana al CERESO en el municipio de Nezahualcóyotl, México. Asimismo, se atendieron varios casos de fugas en viviendas del municipio de Atlixco, Puebla. En Salina Cruz, Oaxaca se informó de una fuga de petróleo en la colina Vicente Lombardo Toledano, que fue controlada. Durante el sismo se interrumpió el suministro de energía eléctrica en toda la región afectada, pero se restableció en pocas horas.
Desafortunadamente muchos edificios resultaron dañados, unidades de salud, clínicas y hospitales, monumentos históricos, escuelas, oficinas, comercios y viviendas; en los que no solo el sismo fue responsable del daño, la mala construcción, la baja calidad de los materiales y la falta de mantenimiento jugaron un papel importante en el daño de las construcciones afectadas.
Lo que el sismo nos dejó
El Sismo de Tehuacán tuvo efectos en un amplio radio geográfico, que incluyó a siete estados de la República. Hubo pérdidas humanas y el número de personas damnificadas que debieron refugiarse en albergues fue moderado, y su permanencia fue de tres días. Los daños totales provocados por el Sismo de Tehuacán, ascendieron a algo más de 1.4 millardos de pesos (alrededor de 150 millones de dólares); más de las tres cuartas partes de los cuales se concentraron en el Estado de Puebla, el 15 por ciento en Oaxaca y el 7 por ciento restante en los estados de Morelos, México, Tlaxcala, Veracruz y Guerrero.
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En las conclusiones de su reporte, el CENAPRED informa que
“Llama la atención la magnitud relativamente elevada de los daños en viviendas, hospitales y escuelas, dada la intensidad más bien moderada del sismo y, no obstante que se cuenta en los estados de Puebla y Oaxaca con reglamentos de construcción bastante actualizados. En el caso de las escuelas, algunas evidenciaron alta vulnerabilidad debido a deficiencias constructivas; en otras se registraban fallas en el diseño estructural”.
En la rehabilitación de los edificios de carácter histórico o patrimonial, se dio prioridad a la restauración estética y al concepto arquitectónico original por lo que no fue posible aplicar el mismo esquema de reconstrucción, restauración y rehabilitación en todos los casos.
Lo anterior no excluye la posibilidad de llevar a cabo propuestas estructurales y arquitectónicas de rehabilitación que hayan demostrado un comportamiento satisfactorio frente a casos similares. Los daños en viviendas, principalmente en los Estados de Puebla y Oaxaca superaron los 45 mil millones de pesos y afectaron en su mayor parte a viviendas de adobe y mampostería simple, especialmente vulnerables. Estas se encontraban localizadas en un gran número de municipios predominantemente rurales de marginalidad mediana a elevada.
En el caso de los monumentos históricos, en parte a la intervención del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) a través de la Delegación del INAH en los estados involucrados, se tuvo acceso expedito a los recursos del FONDEN para la reconstrucción o reparación. En el caso de la vivienda, en cambio, los recursos no fluyeron en forma inmediata, sobre todo en el caso de Oaxaca, situación que aparentemente estuvo relacionada con la acreditación de los aportes estatales y municipales, especialmente en zonas de marginalidad alta y muy alta. Una recomendación de CENAPRED en el caso de hospitales, es que deberían estudiarse a detalle las demandas ante sismos moderados y la consiguiente capacidad estructural.
Otros científicos han resumido en textos de referencia algunas observaciones sobre el temblor de Tehuacán- Destacamos dos
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- 1. "Un daño considerable en iglesias, sobre todo en las cúpulas, que sufrieron agrietamiento y destrucción parcial en una buena cantidad de poblaciones, entre otras, Ozolco, Cholula, Puebla, Tehuacán, Cacaloxtepec y Acatlán. Una explicación razonable a los daños en una buena cantidad de iglesias, la proporcionaron las autoridades de Protección Civil del Estado de Puebla, quienes señalaron que estas construcciones sufrían un considerable deterioro a consecuencia de la humedad, excremento de aves y falta de mantenimiento. La estructura debilitada no presentó la suficiente resistencia al movimiento. Los daños materiales son considerables, sin embargo, fueron mínimos los casos de derrumbe de construcciones, lo que explica que las víctimas sean sólo 15".
- 2. "Un mapa de isosistas de Santamaría et al. (1999) y de Singh et al. (1999), correspondiente a este macrosismo, muestra que las curvas de intensidades VI, VII y VIII en la escala de Mercalli, se ubican en los pueblos más afectados del noroeste de Oaxaca, al sureste de Puebla, con una orientación preferencia! noroeste-sureste, lo cual coincide con la alineación del valle de Tehuacán, de las poblaciones que sufrieron más daños y de las grietas observadas en el puente de la carretera federal".
Las viviendas vulnerables y la incidencia sísmica
Por lo general, en la práctica establecida de diseño de hospitales sólo se revisan las capacidades resistente y de deformación de la estructura ante el sismo de diseño. Se han desarrollado recientemente metodologías de evaluación de la vulnerabilidad de hospitales, así como guías de rehabilitación dentro del programa Hospital Seguro promovido por la Organización Panamericana de la Salud. Sin embargo, éstas últimas son sólo indicativas y cualitativas. Dado el riesgo sísmico que enfrenta un gran número de hospitales en el país, y prueba de ello es lo ocurrido a raíz del sismo de Tehuacán, sería indispensable iniciar la elaboración o adaptación de guías de rehabilitación que tomen en cuenta las características de los establecimientos que existen en el país.
Cabe destacar que la construcción de escuelas para niños, adolescentes y discapacitados, debe satisfacer objetivos de desempeño más estricto, e incluso amplios, que para estructuras comunes, como oficinas, comercios o viviendas. Aquí vale una serie de recomendaciones hechas para hospitales de emprender programas de reducción de la vulnerabilidad de la infraestructura escolar del país. Debería impulsarse la realización de estudios de vulnerabilidad en las infraestructuras de salud y educación en las regiones cuya exposición a desastres naturales es elevada.
Aurelio Fernández Fuentes, director de Cupreder, examina con su personal los daños en la parroquia de San Andrés Cholula / Imagen: Cupreder
En el caso de las viviendas, la reconstrucción inició a los pocos días del sismo con la posibilidad de introducir mejoras en las prácticas constructivas y en el tipo de materiales utilizados, además de aplicar adecuadamente reglamentos vigentes, y sobre todo un control más estricto de las autoridades en esta materia permitiría mitigar los efectos en la población de futuros fenómenos de la magnitud del referido, e incluso superiores. Finalmente, el Sismo de Tehuacán a dos décadas, aún sigue presente en la memoria de muchas personas y si bien muchos de los edificios ya han sido restaurados y reconstruidos aún quedan pendientes recomendaciones:
- 1. Es recomendable adaptar la información y experiencia generada durante este sismo para difundirla, tanto entre las autoridades de protección civil como entre la población que vive en zonas de alto y moderado peligro sísmico.
- 2. Deberán desarrollarse programas de escala controlada (programa piloto) en comunidades rurales en los que participen autoridades, universidades y colegios de profesionistas locales en los que deberá contemplarse la caracterización y análisis de vulnerabilidad, la reducción de la misma mediante rehabilitación de la vivienda, así como proyectos específicos de capacitación y evaluación de la población que participará en las actividades de construcción. En lo que respecta a la vivienda de interés social, sería recomendable contar con guías de evaluación del daño y de rehabilitación.
- 3. Es conveniente identificar y evaluar la idoneidad de las diferentes técnicas que se han empleado en el país en la restauración de monumentos históricos. Ello facilitará la toma de decisiones adecuadas y el uso más eficiente de los recursos económicos. Si se aceptara un tipo de rehabilitación que mejore sustancialmente las características estructurales, de los edificios y monumentos históricos, se incrementaría la rentabilidad de la inversión necesaria para llevarla a cabo.
- 4. Es conveniente desarrollar un trabajo para definir sísmica y geotécnicamente zonas dónde la población sea más vulnerable a este tipo de fenómenos.
- 5. Es necesario revisar los procedimientos y la coordinación interinstitucional de las entidades participantes para que los recursos destinados a la reconstrucción fluyan en tiempo y forma sin obstaculizar el avance de los trabajos. Debería también intentar adecuarse las exigencias de coparticipación financiera de estados y municipios contenidas en las reglas de operación del Fondo, en función del nivel de desarrollo o grado de marginalidad.
- 6. Se necesita revisar los impactos de eventos pasados para evaluar las medidas preventivas. Ello serviría de base para plantear escenarios de sismos futuros, así como para analizar los resultados de actividades de mitigación llevadas a cabo en el pasado. De esta manera se podrían proponer planes preventivos de reducción de la vulnerabilidad que tendieran a mitigar las probables pérdidas.
El Edificio Carolino, víctima colateral del terremoto
Sobre la situación del edificio Carolino de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con daños generados por el Sismo de Tehuacán, el CENAPRED generó el siguiente informe:
“Actualmente, este edificio aloja diversas instalaciones administrativas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Se trata de un conjunto de edificaciones del período barroco que fue construido durante la presencia jesuita en Puebla. Alguna vez, este edificio y la Iglesia de la Compañía estuvieron comunicados mediante pasillos que actualmente están cerrados mediante muros de mampostería".
A pesar de tener una planta rectangular más o menos regular, la distribución estructural del Edificio Carolino es muy compleja. Presenta tres patios alrededor de los cuales se ubican corredores y salones de diversos tamaños y alturas. Se apreciaron diversas modificaciones efectuadas a la estructura original. Los cambios más notables son el relleno de arcos mediante muros de mampostería para formar nuevas salas y la construcción tanto de nuevos entrepisos con objeto de aprovechar las grandes alturas originales, como de accesos y escaleras a los mismos. También se detectaron reparaciones menores mediante repellados de mortero o cal.
El daño del Edificio Carolino se concentró en la zona del llamado tercer patio, hacia el extremo este de la estructura. En los corredores perimetrales del tercer patio se presentaron desprendimientos de grupos de piezas de mampostería en las claves de bóvedas y arcos tanto en la planta baja como en el primer nivel. Adicionalmente, existen grietas longitudinales en dirección EO en el piso del primer nivel del corredor norte del tercer patio que hacen suponer que los corredores perimetrales presentaron movimientos hacia el centro y hacia fuera del patio provocando el trabajo por flexión de los arcos que, al carecer de una restricción lateral adecuada, condujeron a la separación de los ejes de columnas interiores y al daño sobre el espinazo de las bóvedas de los corredores. Cercano al tercer patio se encuentra el Salón Melchor de Covarrubias.
Grietas en el Observatorio Astrónomico de la BUAP en la azotea del Edificio Carolino / Imagen: VEDC
En este salón se observaron agrietamientos en las claves de bóvedas y arcos, desprendimiento de material de ornato de yeso y algunas grietas en muros y claves de puertas. En el extremo norte del tercer patio se encuentran algunos accesos a un tercer nivel que fue construido con objeto de aprovechar las dobles alturas originales del edificio. En esta región del edificio se hicieron patentes algunos agrietamientos que siguieron la traza de los arcos originales. Asimismo, la construcción de nuevos entrepisos agregó restricciones laterales a los arcos originales formando arcos cortos que trasmitieron mayores fuerzas a nivel de los entrepisos construidos. Las modificaciones al sistema estructural original son una probable causa del daño en las claves de bóvedas y arcos en dichas zonas.
En el recorrido por el Edificio Carolino no se encontró daño aparente en el segundo patio ni en sus zonas vecinas. Sin embargo, se observaron ligeros agrietamientos alrededor del primer patio. El daño se concentra en la parte posterior del Auditorio y en las claves de las cúpulas que forman el entrepiso perimetral del primer patio. Adicionalmente, se registraron agrietamientos en el muro de colindancia con la Iglesia de la Compañía. Nuevamente, estos agrietamientos siguen la traza de antiguos arcos que fueron cerrados. De acuerdo con lo observado, no se considera que la estabilidad general de la estructura esté comprometida. Se debe diseñar, sin embargo, un esquema de reparación y rehabilitación que contemple la recuperación, en lo posible, del esquema estructural original”.
Desperfectos menores en el Saloón Barroco del Edifico Carolino / Imagen: Cupreder
La reconstrucción de las partes dañadas, dirigido por un equipo encabezado por el Dr. Jorge Rodríguez Morgado, reparó en pocos meses la mayoría de desperfectos de tal forma que no quedó ningún daño visible en la estructura de la rectoría de la BUAP