El Salón Barroco del Edificio Carolino de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) se vistió de gala el pasado jueves 6 de febrero de 2025 para conmemorar el 30 aniversario del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder). La ceremonia, que se extendió desde las 10:00 a.m. hasta las 2:17 p.m., reunió a fundadores, académicos, autoridades gubernamentales y brigadistas, quienes recordaron los hitos y desafíos de una institución pionera en la gestión de riesgos, la ordenación del territorio y la vinculación con las comunidades más vulnerables.
El presídium durante el acto inaugural de los 30 años del Cupreder / Imagen; Iván Nava
El pasado jueves 6 de febrero del 2025, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) celebró el trigésimo aniversario del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder), un evento que reunió en el Salón Barroco del Edificio Carolino, en el corazón del centro histórico de Puebla, a autoridades académicas, gubernamentales, fundadores, brigadistas y colaboradores que han sido parte fundamental de la historia de este centro.
Aforo completo en la celebración del trigésimo aniversario del Cupreder / Imagen: Iván Nava
Durante la ceremonia, se destacó el impacto del Cupreder en la investigación, la gestión de riesgos y la vinculación con las comunidades más vulnerables, así como su papel pionero en la prevención de desastres en México.
Un presídium destacable
La sesión inaugural, programada para las 10:00 a. m., comenzó con un ligero retraso, iniciando oficialmente a las 10:48 a. m. En el presídium se encontraban la rectora de la BUAP, Dra. María Lilia Cedillo Ramírez; el vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado, Dr. Ygnacio Martínez Laguna; el director del Cupreder, Lic. Aurelio Fernández y Fuentes; el exgobernador del estado de Puebla, Lic. Manuel Bartlett Díaz; y el director de Gestión de Riesgo del Estado de Puebla, capitán Andrés Romero.
Ygnacio Martínez Laguna: elogio de la multidisciplinariedad
A las 10:50 a. m., el Dr. Ygnacio Martínez Laguna tomó la palabra para destacar el carácter multidisciplinario del Cupreder, que desde su fundación ha trabajado en la investigación y monitoreo de riesgos en la región, incluyendo el seguimiento del volcán Popocatépetl. “El Cupreder es un centro mixto y multidisciplinario que ha sabido responder a los riesgos de la región y a los desastres naturales con un enfoque integral. Su trabajo en el monitoreo del Izta-Popo y su capacidad de respuesta ante emergencias lo convierten en un referente nacional”, afirmó.
El vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado durante su intervención / Imagen: Iván Nava
El vicerrector recordó la erupción del Popocatépetl en 1994 como un momento clave para la creación del centro:
"La naturaleza y la complejidad social se encontraron en ese evento, y con el Cupreder entendimos la importancia de las comunidades que habitan cerca del volcán. Fue entonces cuando se consolidó la confraternidad entre las ciencias y las humanidades, como lo hemos visto también en el trabajo del Cupreder y el CUPS", señaló.
Concluyó felicitando a toda la comunidad del Cupreder y expresó su deseo de que el centro continúe siendo un detonante de integración y participación ciudadana. "Que vengan muchos años más de logros y servicio a la sociedad”, finalizó.
Las felicitaciones de la Dra. María Lilia Cedillo, rectora de la BUAP
A las 10:55 a. m., la rectora de la BUAP, Dra. María Lilia Cedillo, expresó su reconocimiento al Cupreder y a su equipo.
"De verdad es una alegría felicitar a este gran equipo. Este festejo celebra 30 años de actividad académica y vinculación con la sociedad. La vocación de servicio y solidaridad es parte de la esencia de la BUAP, y el Cupreder ha demostrado esto con acciones nobles, especialmente en beneficio de los sectores más vulnerables", afirmó.
La rectora destacó el programa Por si acaso, que marcó un hito en la prevención de desastres, y agradeció al Lic. Manuel Bartlett por su apoyo en los inicios del centro. “Gracias, Aurelio, y gracias también al Lic. Bartlett, quien apoyó el trabajo del Cupreder e hizo más sencillo recorrer este camino. Este centro ha sido un ejemplo de cómo la universidad puede vincularse con la sociedad para generar un impacto positivo”, señaló. Cedillo también recordó la labor del Cupreder durante la pandemia de COVID-19.
La Dra. María Lilia Cedillo, rectora de la BUAP, en el Salón Barroco la mañana del 6 de febrero del 2025 / Imagen: Iván Nava
"De manera personal, me tocó estar al frente en ese momento, y la gente del Cupreder llegó al Centro de Investigación Molecular para vacunarse antes de irse a campo, incluso a costa de ponerse en riesgo. Eso habla de su compromiso y solidaridad", añadió. Concluyó su intervención deseando que el Cupreder continúe con su labor por muchos años más.
"Que vengan 30 años más. Enhorabuena para todos nosotros", finalizó.
Reconocimientos a los fundadores y colaboradores
Tras un breve receso, a las 11:00 a. m. tomó la palabra Alejandra López, fundadora del Cupreder, quien agradeció a todos los presentes y recordó a figuras clave en la historia del centro. Entre los nombres mencionados destaca un conjunto de académicos, periodistas, profesionistas, políticos y activistas, entre los cuales Jaime Castillo, Carolina Morán, Julio Glockner, Patricia Montaño, Ana Lidya Flores, Sergio Mastretta, Francisco Castillo Montemayor, promotores de ordenamientos territoriales, como Margarito Torrija, de Cuautinchán, y antiguos integrantes del Cupreder, como Manuel de Santiago o Raúl Mayorga.
La gran familia de amigos, colaboradores e integrantes del Cupreder / Imagen: Iván Nava
También destacó la fundadora del Cupreder la presencia de colaboradores y aliados del centro, como la Sociedad Cooperativa Tosepan Titaniske, de Cuetzalan, integrantes del Comité de Ordenamiento Ecológico de Zihuateutla o del Centro Fray Julián Garcés o de la reserva ecológica Kolijke. “El Cupreder no solo ha sido un centro de investigación, sino también un espacio de encuentro y colaboración entre comunidades, académicos y brigadistas. Hasta matrimonios logramos entre los brigadistas", comentó entre risas, haciendo referencia a los 7 brigadistas del programa Por si acaso presentes en la celebración, los cuales se pusieron de pie y recibieron un caluroso aplaudo de los asistentes del Barroco.
Alejandra López, fundadora e integrante del Cupreder en el evento inaugural del trigésimo aniversario de este centro / Imagen: Iván Nava
Entre los invitados al evento también estuvieron presentes Giuseppe Lo Bruto, director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego (ICSyH) de la BUAP, y Carlos Meza Viveros, abogado y exsecretario de Gobernación en tiempos de Bartlett.
Aurelio Fernández y el recuerdo de los orígenes
A las 11:10 a. m., Aurelio Fernández compartió una emotiva reflexión sobre los inicios del Cupreder. "En enero de 1995, José Dodger, mi compañero de carrera y rector de la BUAP, me comentó que Bartlett le propuso crear un centro de investigación, y así nació el Cupreder", recordó.
Destacó que el Plan de Preparativos para Emergencias del Volcán Popocatépetl fue el primer modelo multidisciplinario en México para enfrentar catástrofes socioambientales, alejándose de la idea de que la gestión de desastres era “cosa del ejército” y fue un caso único de colaboración entre el gobierno estatal y la universidad, colocando a las comunidades en el centro de la atención.
Aurelio Fernández, desglosando en el Salón Barroco, la memoria oral del Cupreder / Imagen: Iván Nava
En otras palabras: “Nuestra tesis siempre ha sido que las personas no son el problema, sino la solución”. Recordó su director que el Cupreder realizó un cuestionario en 8,000 hogares cercanos al Popocatépetl, entregando micas con información clave para las rutas de evacuación en caso de erupción volcánica en la reconocida campaña del Por si acaso.
Las 7 micas originales según ruta de evacuación, entregadas por el Cupreder a las comunidades del volcán / Imagen:archivo Cupreder
Fernández también subrayó las aportaciones del Cupreder, como la armonización del saber científico y el popular, conocido como diálogos de saberes, y la creación de instrumentos para la acción colectiva como los ordenamientos ecológicos territoriales.
“Esta experiencia se convirtió, años más tarde, en programas de ordenamiento y prevención estructural que han salvado vidas”, añadió.
Las lecciones de Manuel Bartlett Díaz
A las 11:29 a. m., el exgobernador Manuel Bartlett Díaz tomó la palabra para recordar los orígenes del sistema de protección civil en México, que surgió tras el devastador sismo del 19 de septiembre de 1985.
"En ese momento, no había un sistema organizado para atender catástrofes. Fue un espectáculo dantesco, y quedó claro que necesitábamos una estructura para responder adecuadamente", relató.
Bartlett destacó que en 1986 se emitió el decreto que sentó las bases del Sistema Nacional de Protección Civil, y que en Puebla, durante su gestión, se estableció el Cupreder en colaboración con la BUAP.
Aurelio Fernández y Manuel Bartlett en el presídium del Salón Barroco / Imagen: Iván Nava
El exgobernador también recordó anécdotas relacionadas con el volcán Popocatépetl y el programa Por si acaso. "El Cupreder se encargó de mitigar el desastre en 1997, cuando se ordenó el desalojo de las comunidades cercanas al volcán. Hoy, gracias al conocimiento generado, estamos mejor preparados para enfrentar estas amenazas", afirmó.
Concluyó felicitando al equipo del Cupreder y destacando la importancia de seguir investigando y fortaleciendo la gestión de riesgos.
Un morral para el recuerdo
A las 12:02 p.m., el Lic. Aurelio Fernández retomó la palabra para entregar reconocimientos a diversas personas y organizaciones que han contribuido al trabajo del Cupreder. Entre los homenajeados estuvieron Enrique Guevara, director del CENAPRED; Claus Siebe; Ana Lilian Martín; Carlos Meza Viveros, y brigadistas como Alfredo Abelardo González y Paulina Garrido, entre otros.
"Estos morrales del Cupreder simbolizan el esfuerzo colectivo que ha hecho posible este proyecto", señaló.
Entrega del morral del Cupreder al vulcanólogo Claus Siebe / Imagen: Iván Nava
El evento concluyó con un aplauso colectivo a la historia y el futuro del Cupreder y una pausa antes de continuar con un debate programado a las 12 del día. La celebración no solo fue un reconocimiento a tres décadas de trabajo, sino también un llamado a seguir fortaleciendo la investigación en territorio y la acción en la prevención de desastres.
¿Treinta años no es nada? Una mirada histórica a la prevención en México
Como parte de las actividades conmemorativas del 30 aniversario del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder) de la BUAP, se llevó a cabo un debate titulado "¿Hemos hecho bien la prevención frente a la erupción del Popocatépetl?". Este panel reunió a destacados especialistas en gestión de riesgos, vulcanología, geografía, antropología y protección civil, quienes reflexionaron sobre los avances, retos y pendientes en la prevención de desastres en México.
Participantes del debate
El panel estuvo integrado por los siguientes expertos:
La gestión del riesgo en la región del Popocatépetl, el inicio de muchas cosas / Imagen: Laura Domínguez (Cupreder)
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Dr. Jesús Manuel Macías Medrano, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios en Antropología Social (CIESAS).
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Dr. Enrique Guevara, director del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED).
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Dra. Ana Lillian Martin del Pozzo, investigadora del Instituto de Geofísica de la UNAM.
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Dra. Virginia García Acosta, investigadora del CIESAS.
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Dra. Naxhelli Ruiz, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM.
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Dr. Eduardo Reinoso, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
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Dr. Claus Siebe, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
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Lic. Aurelio Fernández y Fuentes, director del Cupreder, BUAP.
El debate inició a las 12:35 p.m. y fue moderado por el Dr. Jesús Manuel Macías, mentor y colaborador del Cupreder desde 1995, quien planteó la pregunta central: "¿Cómo estamos viendo el estado de la protección de desastres hoy en día en México?".
Reflexiones de los especialistas
La Dra. Naxhelli Ruiz abrió el debate destacando la necesidad de abordar la gestión de riesgos desde una perspectiva estructural y con una visión de Estado.
"Es fundamental pensar en los impactos sociales del riesgo a desastres, como las pérdidas en salud, cultura y el desplazamiento interno, que muchas veces no se toman en cuenta", señaló.
Ruiz enfatizó que el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos debe colocar a las personas en el centro de las políticas públicas. También criticó la recentralización de decisiones en la administración federal en lugar de fomentar la descentralización y la participación local.
"La vulnerabilidad no puede reducirse a apoyos materiales; debemos pensar en sistemas de cuidado, educación y alimentación como parte de la prevención", concluyó.
Claus Siebe, reconocido vulcanólogo, compartió una anécdota personal: "Conocí a Aurelio el día que inició la erupción del Popocatépetl. Desde entonces, he visto cómo el Cupreder ha sido una herramienta de prevención sine qua non".
Siebe destacó la importancia del ordenamiento territorial realizado por el Cupreder en la región del Izta-Popo y abogó por la creación de equipos interdisciplinarios que trabajen de manera transexenal, alejados de los vaivenes políticos. "En 1994 éramos solo cuatro vulcanólogos; hoy somos una docena, pero necesitamos metas claras y permanentes", afirmó.
El Dr. Eduardo Reinoso, experto en ingeniería sísmica, subrayó la importancia de trabajar en grupos interdisciplinarios y de crear un reglamento sísmico nacional.
"México era un referente mundial en prevención de desastres, pero huracanes como Otis han demostrado que hemos retrocedido. La desaparición del Fonden fue un golpe negativo, y las reglas de apoyo desaparecieron", lamentó.
Reinoso también señaló las consecuencias a largo plazo de los desastres, como problemas de salud mental y enfermedades crónicas.
"Debemos unir fuerzas para reconstruir un sistema sólido de prevención", concluyó.
Según Ana Lillian Martin del Pozzo, los avances técnicos en el estudio de fenómenos naturales han sido notables, pero consideró que México sigue siendo reactivo en lugar de preventivo.
"Es crucial trabajar con las comunidades, especialmente con los jóvenes, para promover medidas de salud y conservación. La tala y los incendios agravan los efectos de los desastres", advirtió.
Martin también enfatizó la necesidad de integrar los ordenamientos ecológicos territoriales (OET) en las políticas públicas.
Recordó la Dra. Virginia García Acosta, pionera en la construcción social del riesgo, los talleres organizados por el CIESAS y el Cupreder en 1995, que incluyeron visitas de campo a comunidades como La Hierbabuena, en el volcán de Colima.
"Desde entonces, hemos trabajado para generar una cultura de la prevención. Siempre hemos sostenido que los desastres no son naturales, sino procesos sociales que se evidencian tras un evento súbito", afirmó.
García Acosta destacó que el Cupreder fue pionero en abordar la construcción social del riesgo y agradeció su contribución a estos temas.
Para el Dr. Enrique Guevara, director del CENAPRED, el problema más acuciante es el aumento del riesgo de desastres debido al cambio climático y los modelos de desarrollo insostenibles. "Antonio Gutiérrez lo dijo en Davos: estamos ante una película de terror. En México, las muertes por olas de calor han aumentado un 200 %", señaló.
Es necesario abordar los factores causales, resaltó Guevara. No obstante, se han logrado avances en el conocimiento del riesgo y se ha intentado integrarlo en el Atlas Nacional de Riesgos. Sin embargo, estos instrumentos deben aplicarse en ordenamientos territoriales y en la gestión de riesgos. Existe un marco más sólido, con la creación de un incipiente Comité Nacional de Prevención y la coordinación nacional por parte de la Sedatu.
El cambio de paradigma implica pasar de un enfoque reactivo a la gestión del riesgo sistémico, equilibrando lo social, lo económico y lo ambiental. La gestión del riesgo debe superar políticas fragmentadas, buscando la integración y las soluciones sistémicas. En cuanto al Fondo de Desastres Naturales (Fonden), recordó Guevara que desapareció el fideicomiso, pero los programas presupuestales continúan y se etiquetan cada año.
Para el director del Centro Nacional de Prevención de Desastres, se requiere que esta gestión del riesgo sistémico equilibre lo social, lo económico y lo ambiental.
"La resiliencia debe ser un proceso integral que incluya la participación de todos los sectores, desde las comunidades hasta el sector privado".
De las críticas a las propuestas
Sobre las políticas públicas de prevención, recordó José Manuel Macías que, cuando AMLO ganó la presidencia en 2018, movió la Coordinación de Protección Civil de la secretaría de Gobernación a la de Seguridad Ciudadana:
“Muchos pensamos que era un error y se daba más poder a la parte coercitiva, un error fundamental sobre desastres. Nos reunimos en Cenapred, pero no obtuvimos una respuesta positiva. Se dijo que habría una ley de protección civil, pero no paso y la gestión de desastres sigue en este modelo”.
Para el especialista en gestión de riesgo, los programas sociales pueden reducir la pobreza, pero la política de mitigación parte de enfoques incorrectos:
“Los desastres como sismos o huracanes son fases finales de procesos desastrosos y deben entenderse así. Conocemos las amenazas y debemos avanzar más en prevención. Según Bartlett, los problemas del sismo de 1985 se repitieron en el año 2017 y aún persisten. Por ejemplo, dependemos de EE. UU. para sistemas de alerta de ciclones. En 40 años hemos aprendido mucho, pero es crucial adaptar la organización del Estado mexicano en la gestión de riesgo. Aunque hay avances y políticas que reducen la vulnerabilidad, hay un atraso significativo en la responsabilidad gubernamental ante los desastres”.
Fue Aurelio Fernández y Fuentes quien criticó la falta de coordinación entre instituciones y la desconexión con las comunidades. "¿De qué sirve el ordenamiento del Izta-Popo si al mismo tiempo se fomentan gasoductos y un crecimiento urbano desmedido en Atlixco?", cuestionó el director del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder).
¿Un volcán activo rodeado por la mancha urbana? Una distopía real / Imagen generada con inteligencia artificial
Fernández también señaló que las decisiones gubernamentales, como las propuestas de construcción de viviendas de la presidente Sheinbaum, podrían terminar haciéndose en zonas de riesgo o inundación.
A su parecer, hay una notable carencia de visión nacional y de planeación estratégica, fruto de “desarrollo devastador que crea zonas de desastre en salud y medioambiente”. Ejemplo de fracaso reiterado es, para el director del Cupreder, la propuesta de rescate del Atoyac con plantas de tratamiento que se construirían en Tlaxcala y no van a sanear el río.
Recordó que, pese a sus propias simpatías políticas, AMLO le regresó la potestad al ejército en protección civil, mientras brilló por su ausencia la planeación territorial para evitar los desastres. Y la regulación de usos de suelo en zonas de riesgo brilla por su ausencia a escala local y estatal. En el año 2025 se sigue construyendo a 10 kilómetros del cono del volcán Popocatépetl sin que nadie frene la mancha urbana:
“Es un modelo económico destructivo que nace del capitalismo Y no toda la culpa es del cambio climático que es como una religión y te acusan de negacionista pero fagocitan otros problemas”.
Respondiendo a la interpelación de Fernández, Claus Siebe advirtió que los efectos del cambio climático no son lineales, sino exponenciales.
"Es preocupante que líderes como Trump nieguen el fenómeno, mientras nosotros dependemos de sus políticas energéticas. El cambio climático obligará a muchas poblaciones a desplazarse, y eso tendrá un costo enorme".
La Dra. Virginia García Acosta cerró su participación con un llamado a fortalecer los puentes entre especialistas y a abordar los desastres como procesos complejos.
"Ejemplos como el huracán Otis nos muestran que hay damnificados que nunca volverán a tener una casa. La vulnerabilidad sigue siendo un problema estructural que no hemos resuelto", afirmó.
Conclusiones y compromisos
El debate concluyó con una ronda de propuestas. Enrique Guevara las resumió en cuatro acciones clave: mejorar la comprensión del riesgo, intervenir para reducir vulnerabilidades, fomentar la gobernanza participativa y construir mejor para prevenir desastres. "La resiliencia debe ser un enfoque de seguridad humana, como lo establece la agenda de la ONU", afirmó.
El director del Cupreder dando un tour explicativo a los asistentes / Imagen: Iván Nava
Por su parte, Aurelio Fernández propuso convocar a una reunión nacional para establecer un acuerdo sobre prevención, que incluya al ejército y a otros actores clave. "Es momento de salir del circuito académico y actuar", señaló.
Con un escueto y directo “sí”, el Dr. Enrique Guevara aceptó la propuesta, comprometiéndose a organizar dicho encuentro.
La jornada de celebración finalizó a las 14:16 con un agradecimiento del Lic. Aurelio Fernández a todos los participantes y asistentes. Luego, el grueso de los asistentes se trasladó a la entrada del Edificio Carolino, donde se expuso el 6 de febrero del 2025 una serie de plafones de imagen y texto que reflejaban, en 22 secuencias, la historia del Centro Universitario de Prevención de Desastres Regionales, fundado el 6 de febrero de 1995 en la ciudad de Puebla.